Las 6 estrategias para fomentar el hábito de la lectura en los jóvenes 📕
En la era digital, puede resultar difícil fomentar el hábito de la lectura, especialmente en el caso de los más jóvenes. Con tantas distracciones e intereses contrapuestos, esta ventajosa actividad está perdiendo su clásico protagonismo.
A menudo, sienten que leer es una tarea o un deber que cumplir en lugar de un momento recreativo. A pesar de que la adolescencia puede ser un momento complicado para la familia, también puede ser una excelente oportunidad para cultivar el hábito de la lectura.
Durante esta etapa de transición hacia la adultez se está conformando su propia identidad. Puedes aprender valiosas lecciones vitales a través de los ojos de tus personajes favoritos.
Sin embargo, los beneficios de la lectura son innegables, desde la mejora de las habilidades lingüísticas hasta la ampliación de la propia visión del mundo. En este artículo, exploraremos seis estrategias para crear un hábito lector y descubrir el placer de perderse en un buen libro.
¿Qué es un hábito?
Un hábito es un comportamiento aprendido y adquirido a través de la práctica constante, que se realiza de manera automática. Pueden ser tanto positivos como negativos y se caracterizan por ser acciones inconscientes.
La formación de un nuevo hábito puede ser una tarea desafiante, pero la perseverancia y la dedicación son determinantes para consolidar la nueva conducta, así como el principio de la recompensa.
Cuando un comportamiento genera una gratificación, como la sensación de satisfacción o el logro de una meta, se refuerza y será más probable que se repita. De esta forma un estímulo específico se relaciona con una respuesta específica a través de varias conexiones neuronales.
¿Qué es el hábito de la lectura?
Se define como la práctica regular de leer en la vida cotidiana. La lectura es una actividad que implica la decodificación y la comprensión de textos escritos y puede abarcar una amplia variedad de géneros, desde la poesía hasta los científicos o de divulgación.
¿Por qué se lee cada vez menos?
Una de las principales causas es la aparición de las nuevas tecnologías, que han cambiado la forma en que las personas acceden y consumen información en multitud de formatos más alla del texto escrito, con un carácter más adictivo.
Otra razón de porqué la gente no lee es el aumento de las distracciones, las demandas de tiempo en una sociedad cada vez más ocupada y marcada por la inmediatez. Por eso muchas personas encuentran complicado dedicarse a la lectura, ya que tienen otros deberes o pasatiempos que compiten por su atención.
De esta forma, según el Barómetro de Hábitos de Lectura en España 2022 los españoles que no leen regularmente argumentan que la falta de tiempo libre es su razón principal (44%), seguida de la preferencia por otras actividades (30,6%).
Por otro lado, también destaca el escaso fomento y promoción de la lectura desde una edad temprana. En ciertos casos, la falta de acceso a materiales de calidad resulta igualmente desalentador.
La UNESCO destacaba en 2020 como el 14% de los adultos en el mundo carecen de las habilidades básicas de alfabetización requeridas para leer y escribir. Además, también señalan la falta de tiempo como la principal causa a nivel global de porqué ya no se lee como antes.
Sin embargo, 20 minutos diarios pueden ser suficientes para comenzar a crear un hábito consistente a partir del cual escalar hacia mayores metas. Se estima que tras repetir la actividad en un horario estable durante 21 días esta se interioriza como costumbre.
¿Cuáles son las consecuencias de leer menos?
El hábito de la lectura es esencial en el desarrollo cognitivo y emocional, ya que permite la adquisición de conocimientos, la mejora de la empatía, del pensamiento crítico, la retención informativa o la capacidad de concentración.
Su ausencia limita la capacidad de aprendizaje, pero también se han percibido efectos adversos para la salud mental. En particular en un aumento de los niveles de estrés y una mayor tendencia a desarrollar trastornos como la depresión.
Además, la falta de lectura posee un impacto negativo en la formación y el desarrollo social. Esta deficiencia supone una barrera educativa que limita las oportunidades económicas de las personas, por lo que puede contribuir a la perpetuación de la pobreza en muchos países.
Leer menos no solo priva al individuo de adquirir nuevos conocimientos, sino que reduce sus perspectivas. Nos hace menos libres, ya que te impide estar bien preparado a la hora de tomar decisiones informadas.
Es restrictivo a la realidad actual; sin embargo, gracias a la lectura no es necesario viajar en el tiempo a cualquier época para poder conocer e imaginar todo sobre ella mientras te mantienes entretenido.
Por otra parte, la lectura es una actividad que fomenta la neuroplasticidad, es decir, la capacidad del cerebro para cambiar y adaptarse a nuevas situaciones o estímulos. Las enfermedades degenerativas como el Alzheimer se caracterizan precisamente por una pérdida progresiva de esta capacidad.
¿Qué pasa con las personas que no leen? A continuación, te enumeramos las principales consecuencias que impactan directamente sobre los no lectores:
- Mala ortografía
- Pérdida de habilidades comunicativas
- Cultura general deficiente
- Escasa capacidad argumentativa para defender las opiniones
- Menor apertura mental
- Predisposición a enfermedades cognitivas
Importancia de cultivar el hábito de la lectura en los estudiantes
El desarrollo integral de un estudiante no es posible sin la intervención de la lectura en todo nivel educativo. Las capacidades de comprensión y retención resultan decisivas en el rendimiento académico.
El hábito de la lectura es empleada como herramienta clave para el estudio y la investigación, a través de la que es posible profundizar en temas específicos para obtener una buena calificación.
Al leer, los estudiantes se exponen a varias formas de escritura dentro de contextos diversos, lo que les ayuda a ampliar su vocabulario y capacidades expresivas con el propósito de estructurar las ideas según una jerarquía coherente.
Asimismo, este hábito de la lectura debe ser parte de su crecimiento personal hacia la madurez, leer sobre realidades ajenas les permite fomentar su tolerancia y escucha activa, así como comprender el valor de la diversidad.
De acuerdo con la investigadora Teresa Belton, el hábito de la lectura de ficción, especialmente la fantástica, estimula bastante la imaginación y la creatividad, ya que los estudiantes pueden vivir experiencias emocionantes a través de unas simples páginas.
¿Por qué a los jóvenes no les gusta leer?
La sensación de aislamiento se sostiene como una de las causas de disminución de la lectura más extendidas según los propios jóvenes y adolescentes. Sin embargo, cuando leen es porque para ellos esta actividad posee “un efecto relajante”.
A diferencia de las redes sociales y los teléfonos móviles que los mantienen constantemente integrados, los libros permiten descansar de esta hiperconexión. Si bien la conexión humana es una necesidad esencial, como ha señalado Mark Zuckerberg, la tecnología no es la única forma de satisfacerla.
Es cierto que la aceptación social es emocionante para los adolescentes, pero en exceso puede ser muy perjudicial para su salud mental. Ningún estudio demuestra que pasar demasiado tiempo en las redes este correlacionado con estados de felicidad o bienestar, en contraposición con el caso del hábito de la lectura.
¿Los jóvenes de ahora leen menos que antes?
Según diversas encuestas y estudios, sí se ha registrado que cada vez se lee menos entre los jóvenes en comparación con generaciones anteriores. A continuación, te presentamos algunas estadísticas relevantes para demostrar esta tendencia:
- En Brasil, el Instituto Pró-Livro en 2016 mostró que el 56% de los jóvenes de 11 a 17 años afirmó no haber leído ningún libro en el último año. Además, el 67% de los encuestados dijo que solo lo hacía por obligación escolar.
- En EE. UU la Universidad de California reveló que la cantidad de adolescentes que lee por placer ha disminuido un 12% de 1984 a 2019.
- El Gabinete de Comunicación Estratégica de México afirma como el 60% de las personas entre 18 y 24 años lee menos de un libro al año.
- La Federación de Editores Europeos destacaba en 2020 como el 31% de los jóvenes del continente no lee libros en absoluto. Además, se puntualiza una preocupante brecha entre los países nórdicos respecto del sur de Europa.
Por eso es tan importante seguir fomentando el hábito de la lectura y brindando acceso a documentos de calidad para que las ventajas no dejen de extenderse a nivel global. Hay que tener en cuenta que leer no se limita al formato físico, sino que existen muchas otras alternativas, como los artículos en línea o los blogs.
Las 5 razones por las que los jóvenes no cultivan el hábito de la lectura
Falta de interés
¿Por qué los jóvenes leen cada vez menos? Desarrollar el hábito de la lectura puede ser un reto para ellos, sobre todo debido a que relacionan la actividad con el aburrimiento. Fomentar este entusiasmo requiere encontrar el material adecuado, así como probar diferentes temas y géneros.
Proporcionarles textos breves y prácticos es ideal para que empiecen, aunque sólo sea durante unos minutos al día. Además, resulta esencial tener en cuenta su contexto personal, que pueden afectar a esta motivación.
Descubrir las razones por las que los adolescentes carecen de interés por la lectura es clave para formular estrategias efectivas. Esto se debe principalmente a un enfoque incorrecto en las campañas para promocionar el hábito de la lectura.
Presión social
Con la progresión de internet y la gratificación rápida, concentrarse en un libro puede parecer una misión difícil en comparación con hojear los “feeds” de sus amigos en las redes sociales.
Los jóvenes pueden sentirse obligados a estar de acuerdo con lo que hacen sus compañeros sin percibir el hábito de la lectura como una actividad popular. No obstante, es importante insistir en sus ventajas, demostrándoles su carácter tan valioso y agradable.
Los padres y educadores pueden ayudar a combatir la presión ofreciendo una variedad que sea pertinente para su situación particular. Por ejemplo, si un joven tiene problemas de malestar social, puede beneficiarse de la lectura de un libro que trate este tema con el que a su vez se sienta más comprendido.
Actividades extraescolares
Hoy en día, los adolescentes poseen multitud de opciones para sus aficiones, como los deportes, la música, el arte, etc., lo que deja poco tiempo para actividades recreativas como el hábito de la lectura.
Sin embargo, es esencial encontrar un equilibrio. Una solución es asignar momentos específicos del día para leer un libro, como antes de acostarse o durante el desayuno. Esto puede ayudar a los jóvenes a formar una rutina que priorice este aspecto.
Un enfoque adicional es incorporar libros a estas actividades. Los instructores o entrenadores pueden asignar textos relacionados con el deporte o la afición, mientras los alumnos debaten sus opiniones durante la clase.
Además, los padres pueden motivar a sus hijos para que lean libros sobre sus hobbies, como biografías de atletas o músicos de renombre. Combinando ambos mundos los jóvenes mejoran sus habilidades y el hábito de la lectura.
Al permitir que los jóvenes elijan los libros, es más probable que se sientan comprometidos con el proceso. Además, pueden desarrollar su propia identidad lectora, lo cual refuerza su autoestima y autonomía.
Falta de modelos de conducta
Cuando los niños observan que los adultos de su entorno no leen con regularidad, es lógico que estos no comprendan la importancia de hacerlo. Aunque debe reconocerse el hecho de que existen jóvenes sin modelos que reflejen sus propias experiencias u orígenes.
Esto es especialmente cierto en el caso de los niños de comunidades minoritarias o desfavorecidas. Por tanto, es imperativo facilitar a los jóvenes el acceso a libros que representen una variedad de perspectivas e iniciar estos programas en escuelas y centros comunitarios.
No obstante, el acceso a la literatura también puede ser un reto para algunos, sobre todo para los hogares con bajos ingresos o en zonas rurales, alejadas de bibliotecas y con peor conexión a la red.
Lo cual puede ayudarles a explorar el hábito de la lectura de una forma empoderante y significativa. Pero está claro que el rol de los educadores es fundamental en esta misión de carácter social.
Ausencia de dificultades de aprendizaje
Luchar contra la dislexia, el TDAH u otras afecciones puede dificultar la concentración, y por tanto, la asimilación del texto escrito, lo que a su vez provoca frustración y ansiedad.
Sin embargo, con las estrategias y el apoyo adecuados, incluso quienes tienen barreras de aprendizaje pueden aprender a apreciar el hábito de la lectura para beneficiarse de él. De nuevo el papel tanto de los docentes como de especialistas en pedagogía se vuelve esencial.
6 estrategias para fomentar el hábito de la lectura en los jóvenes
Crea un entorno agradable
Crear un entorno agradable es el primer paso para fomentar la lectura entre los jóvenes. Proporciona asientos cómodos, buena iluminación y un ambiente tranquilo para que leer sea más atractivo.
Esto puede hacerse construyendo rincones acogedores con cómodos cojines y mantas. Además, adorna las paredes con ilustraciones relacionadas con la literatura, citas y una selección de libros llamativos.
Para mejorar aún más el ambiente, pueden poner música tranquilizadora, difundir fragancias relajantes o proporcionar bebidas saludables. De este modo, será más probable que los niños asocien la lectura con el placer y la relajación.
Conversar sobre la lectura
Los padres, tutores y mentores pueden charlar sobre los libros que han leído e intercambiar opiniones. Esto no solo despierta el interés de los jóvenes, sino que también les permite descubrir nuevos títulos.
Es imprescindible crear un ambiente seguro y accesible para que los jóvenes hablen sobre sus lecturas, compartiendo todo tipo de opiniones. En lugar de censurar o evaluar a los jóvenes por sus elecciones, los adultos deberían centrarse en valorar positivamente su interés.
Muestra tu ejemplo
Los niños y los adolescentes suelen moldear su comportamiento en base a quienes les rodean, así que cuando observan a su entorno de referencia leyendo, es más probable que adquieran el hábito de la lectura.
La promoción de la lectura no tiene por qué limitarse a los libros. Incorporar la lectura a la vida cotidiana, por ejemplo, hojeando un periódico o una revista, estudiando recetas mientras cocinas, puede mostrarles como leer no es sólo para la escuela, sino también para el disfrute personal.
Además, el uso de distintas técnicas también puede hacer que la experiencia lectora les resulte más entretenida. Por ejemplo, pueden intentar leer oralmente, en silencio o incluso utilizar dispositivos que ofrezcan funciones interactivas como apoyo a la comprensión textual.
Busca sagas de libros o historias cortas
Estas series de libros ofrecen una forma fascinante y cautivadora de captar su atención, permitiéndoles implicarse en las vidas de los personajes, seguir el viaje a lo largo de sus vidas.
Una experiencia así puede conducir a un amor por la lectura que dure toda la vida y a una comprensión más amplia de la experiencia humana. Los relatos cortos, por otra parte, pueden utilizarse para presentar a nuevos autores y géneros en unas pocas páginas, ayudándoles a determinar qué prefieren.
Además, estas sagas pueden ser beneficiosas para ayudarles a desarrollar ciertas habilidades. Siguiendo una serie literaria, por ejemplo, pueden aprender a diseccionar e interpretar intrincadas líneas argumentales o dinámicas relacionales entre los personajes.
La comodidad es otra ventaja de los relatos cortos, sobre todo para los jóvenes con la agenda llena. Pueden leer una historia completa en un puñado de minutos, lo que simplifica la inclusión del hábito de la lectura en su rutina diaria.
Leer como un juego, no como una obligación
Y lo que es más importante, la lectura no debe verse como una imposición. Estas asociaciones negativas disuaden a los más jóvenes a desarrollar la pasión literaria. En lugar de eso, proporcionándoles un refuerzo positivo y marcado por la libertad de elección.
Incorporar juegos es otra forma de hacer que esta sea más agradable. Crear una búsqueda del tesoro basada en un libro o hacerles representar escenas de una historia, puede convertir el hábito de la lectura en una actividad más divertida, en lugar de una tarea.
Anímalos a crear sus propias historias
Fomentar el amor por la literatura puede hacerse animando a los jóvenes a idear sus propias creaciones a partir de las historias, agudizando aun más su creatividad e imaginación.
Escribir historias o incluso un diario personal también les ayuda a comprender la disposición y organización de las narraciones, además del esfuerzo que esto supone. Utilizar dispositivos digitales también puede ser un gran apoyo en este proceso.
Cuando los adolescentes se sienten capacitados para determinar lo que leen y escriben, es más probable que estén absortos en el proceso y tomen parte activa en su propia educación.
Conclusiones sobre las 6 estrategias para fomentar el hábito de la lectura en jóvenes
En resumidas cuentas, el hábito de la lectura es una herramienta poderosa para la expansión mental y en esencial para ayudar a los más jóvenes a prosperar en el mundo moderno.
¿Qué leen los adolescentes en la actualidad? La ciencia ficción y la fantasía son los géneros más populares, siguen destacando sagas como “Los Juegos del Hambre”. Por otro lado, el realismo contemporáneo con el que se pueden sentir identificados también es muy popular, leen sobre temáticas como el acoso, el romance o la amistad.
No obstante, aunque los hábitos de la lectura hayan variado debes saber que los jóvenes leen, esto es una realidad, de hecho, en España a medida que la población envejece existe una tendencia a la baja. Sin embargo, es crucial seguir promoviendo el poder de esta práctica en la era actual.
En Mundana tenemos un compromiso para fomentar el hábito de la lectura entre nuestros alumnos, proporcionando textos educativos de la mejor calidad, adaptados a sus preferencias en todas nuestras clases particulares.
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